La historia de un niño de 12 años de edad, oriundo de Eusebio Ayala, Departamento de Cordillera, grafica en cuerpo entero el estado de vulnerabilidad en la que se encuentran los niños y niñas, cuyos padres están en situación de adicción.
Tras las denuncias recibidas, la Defensoría Pública de Niñez y Adolescencia de esa zona pudo rescatarle a este menor y ponerlo a resguardo.
La defensora pública, Daisy Johana Larán, relató que este niño había sido inducido a la adicción al crac por su propio padre, quien es adicto a este estupefaciente. En efecto, su madre –quien al parecer también se encuentra en estado de adicción– reveló que su hijo desde los siete años consume crac con su papá, quien está domiciliado en la ciudad de Eusebio Ayala.
El niño fue evaluado en el Hospital Distrital Eusebio Ayala y sometido a un proceso de desintoxicación. Tras pasar por varias etapas de contención, ahora se encuentra al cuidado de sus tías.
En medio de esta dramática realidad, el niño les manifestó su deseo de rehabilitarse, volver a la escuela y a su familia ampliada. En el futuro, quiere ser futbolista profesional. Ante esta expresión de deseo, Larán pudo conseguir de regalo una pelota y un botín de fútbol.
Por el momento, logró cumplir parte del sueño del niño de tener una pelota y un botín de fútbol, los cuales fueron donados por la Gobernación de Cordillera.
Larán sostuvo que son varios los casos y muy preocupantes de niños, niñas y adolescentes con adicciones en el tercer departamento. Este drama requiere de más presencia de las instituciones para evitar más enfermos de adicciones y, por supuesto, con el objetivo de erradicar el microtráfico que es un flagelo en aumento en Cordillera, dijo.
Los distritos más golpeados por el aumento de adictos son Caacupé, Tobatí, E. Ayala, Piribebuy, Arroyos y Esteros y San Bernardino.