Los pasillos del Hospital Distrital de Minga Guazú están repletos no por falta de organización, sino por la imposibilidad de contener una demanda que crece día tras día. Más de 70 pacientes por jornada acuden solo al área de urgencias, la mayoría con síntomas respiratorios, muchos de ellos ya en condiciones críticas.
Las enfermedades respiratorias están desbordando la capacidad de atención tanto por la cantidad como por la gravedad de los casos, muchos de los cuales llegan en estado avanzado. El Dr. Hugo César Arca, director del hospital, no oculta su preocupación sobre la situación. “En apenas 24 horas tuvimos dos pacientes con neumonía grave. Imagínese cómo estamos”, lamenta.
El fenómeno tiene múltiples causas, pero una de las más repetidas por el personal de salud es la automedicación y la demora en acudir a consulta. Esa costumbre cultural de “esperar que pase” genera un efecto dominó: Los cuadros simples se agravan y los recursos ya limitados se ven más exigidos. “Lastimosamente, el paraguayo suele venir a última hora. Le dan dipirona, lo automedican, y cuando ya no saben qué hacer, traen a la criatura al hospital”, comparte. WF