Con un emotivo acto cívico-estudiantil llevado a cabo en la mañana de este jueves, el distrito de Bella Vista, Itapúa, rindió homenaje a la firma del Tratado de Paz que puso fin a la Guerra del Chaco, la contienda que enfrentó a paraguayos y bolivianos entre 1932 y 1935.
Del acto, llevado a cabo en la Escuela Agrícola CEA, participaron delegaciones escolares, estudiantes y docentes de los centros educacionales del distrito, así como representantes de las instituciones públicas, dentro de un colorido marco acompañado de un excelente clima con pleno sol.
La firma del Tratado de Paz de la Guerra del Chaco se celebró en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 12 de junio del año 1935.
Del acto, formaron parte también autoridades locales como el intendente Euclides de Godois, concejales municipales, padres de alumnos y la comunidad educativa del distrito, que cuenta con 25 establecimientos educativos, cuyos representantes escucharon atentamente lo discursos de ocasión.
“A 90 años de la culminación de la Guerra del Chaco, decimos que nunca más queremos una guerra entre países hermanos y vecinos. Tenemos que vivir en tolerancia, respeto y armonía con los pueblos vecinos porque nos necesitamos los unos a los otros”, expresó el jefe comunal.
Suscribió que esta fecha, en particular, es un día memorable para la historia del Paraguay. “La Guerra del Chaco marcó profundamente a nuestro país y a Bolivia; por eso, recordar la fecha de la firma de la paz es valorar la culminación del conflicto bélico, porque mediante eso el Chaco se ha convertido en las décadas siguientes en un estratégico y verdadero polo de desarrollo”, sostuvo.
“Rendimos homenaje a la valentía inquebrantable de nuestros héroes, que defendieron con coraje y amor a la patria, y celebramos la sabiduría de quienes, con visión y diálogo, lograron sellar la paz entre dos pueblos hermanos”, remarcó Godois.
“A nueve décadas de aquel histórico acuerdo, la Paz del Chaco sigue siendo un símbolo de reconciliación, dignidad y esperanza, un recordatorio de que incluso tras el dolor más profundo es posible construir un futuro de unidad, respeto y entendimiento mutuo”, concluyó.