Oliveros, quien también es autor de La máquina de la memoria (2022), se ha dedicado durante los últimos años a explorar el legado literario, periodístico y cultural del nobel colombiano. Su trabajo reúne no solo investigaciones propias sobre la vida y obra de Gabo, sino también entrevistas con grandes referentes de la literatura y el arte iberoamericano.
“Este libro busca entender el misterio de la imaginación de García Márquez y cómo su legado puede ayudarnos a interpretar los desafíos contemporáneos”, explicó Oliveros.
La obra está dividida en dos partes: Una primera que compila textos narrativos sobre el legado del autor de Cien años de soledad, y una segunda que presenta diálogos con escritores y artistas como Sergio Ramírez, Leonardo Padura, Raúl Zurita, Piedad Bonnett, Pablo Montoya y Leila Guerriero, entre otros, quienes reconocen en Gabo una fuente inagotable de inspiración.
“García Márquez no solo fue un escritor. Fue también cineasta, periodista, crítico político y fundador de instituciones. Una verdadera industria de la imaginación”, destacó.
El también periodista manifestó que dar vida a su último libro le tomó alrededor de seis años. “Desde que ingresé al Centro Gabo en 2017 empecé a trabajar con el archivo de entrevistas de García Márquez, lo que me permitió encontrar revelaciones y declaraciones inéditas”, recordó.
Aseguró que el mayor reto era decir algo nuevo sobre un autor del que ya se ha dicho tanto y, en palabras del escritor, lo logró gracias a unos archivos que contienen entrevistas de Gabo concedidas en radio, televisión y prensa escrita a lo largo de toda su vida.
El poder de contar historias
En su segunda visita a Paraguay, Orlando Oliveros volvió a encontrarse con un público ávido de literatura, periodismo y memoria cultural. El escritor colombiano no solo presentó su nuevo libro, sino que además dictó talleres, participó en conferencias y compartió su visión sobre el papel del periodismo y la narrativa en América Latina.
“Este es mi segundo año en Paraguay, y vine con el mismo entusiasmo del primero. El año pasado hablé sobre García Márquez desde su obra literaria. Este año, además de eso, impartí un taller sobre nuevas narrativas en el periodismo cultural, basado en la obra periodística de Gabo”, comentó.
El taller fue organizado por la Fundación Gabo, en colaboración con la Municipalidad de Asunción y con el acompañamiento de la Embajada de Colombia en Paraguay. En él participaron jóvenes periodistas y narradores paraguayos interesados en contar historias de no ficción con una mirada profunda sobre la cultura.
Además de esa actividad formativa, ofreció charlas tanto en la Universidad Nacional de Asunción como en el Centro de Convenciones de la Feria, donde abordó los múltiples rostros de García Márquez: El literato, el periodista, el cineasta, el político y el gestor cultural.
“García Márquez no fue solo un novelista. Fue un ciudadano activo, un promotor de instituciones como la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano y la propia Fundación Gabo. Su imaginación se extendió a muchos campos. Y eso es lo que intento mostrar en mi libro”, explicó.
Una mirada sobre Paraguay
Con el entusiasmo de quien se siente bien recibido, Oliveros no escatimó elogios hacia Paraguay: “La gente es muy simpática, muy interesada y conocedora de García Márquez. Me sorprendió gratamente encontrar una generación joven que sigue creyendo en el sueño del periodismo y en el poder de contar historias”.
Con el entusiasmo de quien se siente bien recibido, Oliveros no escatimó elogios hacia Paraguay: “La gente es muy simpática, muy interesada y conocedora de García Márquez. Me sorprendió gratamente encontrar una generación joven que sigue creyendo en el sueño del periodismo y en el poder de contar historias”.
Foto: Renato Delgado.
También se mostró impactado por aspectos culturales únicos del país. “Me encantó la sopa paraguaya. Es la única sopa sólida del mundo. Y el bilingüismo guaraní-español me parece una maravilla. Ojalá en Colombia nuestras lenguas indígenas tuvieran ese mismo lugar natural en la vida pública”, aseguró.
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Destacó, además, un fenómeno que en muchos países está desapareciendo: La lectura de periódicos impresos.
“En Paraguay todavía se ve gente leyendo el diario en papel. Eso me emociona. En Colombia ya es casi un lujo. Y aunque lo digital es el nuevo escenario del periodismo de resistencia, el o material con el papel sigue teniendo algo especial”, afirmó mientras recorría nuestra redacción, la imprenta, y tenía o con nuestro diario impreso y el olor a tinta.
Cien años de soledad: Del libro a la pantalla
No podíamos dejar pasar la oportunidad para consultar a Oliveros qué le pareció la serie de Netflix Cien años de soledad, una serie que tuvo la oportunidad de ver antes de su lanzamiento como parte de un especial otorgado a la Fundación Gabo.
“Vi todos los episodios y escribí una guía de visionado comparando cada capítulo con los fragmentos de la novela. Me pareció un gesto saludable que el legado de Gabo se discuta y se recree en los formatos de las nuevas generaciones”, afirmó.
Aunque elogió el esfuerzo de adaptación, fue enfático en defender la experiencia única de la lectura.
“La serie permite conversar sobre García Márquez desde otros lenguajes, pero si alguien quiere vivir la experiencia estética real, debe leer el libro. La lectura genera un tipo de reflexión y placer que ninguna pantalla puede replicar”, recalcó.
Para Oliveros, Macondo es más que un espacio literario. “García Márquez decía que Macondo no es un lugar, sino un estado de ánimo. La serie nos muestra el Macondo de sus directores y actores. El libro, en cambio, nos da al Macondo del propio Gabo”, refirió.
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Para finalizar esta enriquecedora charla, Oliveros dejó un mensaje a las nuevas generaciones que gustan de la lectura y la escritura, asegurando que la clave está en nunca abandonar la vocación narrativa, ni en ficción ni en la no ficción.
“Contar historias es una forma de rescatar la identidad, de ejercer el pensamiento político, de subvertir los relatos oficiales. Las sociedades que prosperan son aquellas que valoran a quienes cuentan historias. A los jóvenes escritores paraguayos les digo: Si sienten la vocación de narrar, síganla hasta las últimas consecuencias de sus sueños. Vale la pena”, sentenció.
