13 jun. 2025

La Albirroja nos hace felices

Nunca es solo fútbol.

Especialmente en estos tiempos tan densos que vivimos, cuando es casi imposible olvidarnos de la realidad, y necesitamos un respiro. Y aunque no queramos, en medio de la celebración, la realidad se abre paso a codazos.

La otra noche, después del partido que la Albirroja le ganó a la selección uruguaya, en una de las tantas entrevistas que pasaban los medios, un señor, en plena euforia, saltando y gritando: “Nos vamos al Mundial, nos vamos al Mundial…”, de repente se paró y soltó: “Decile a esos políticos de mierda que estos sí nos hacen felices, el fútbol nos hace feliz, Bachi y esos otros hdp, plagas, políticos de mierda, lo único que nos hace feliz es el fútbol, malditos ladrones...”.

Bueno, matemáticamente todavía no estamos en el Mundial, pero por ahí si esta noche le ganamos a la Canarinha de Carletto y pierde nosequién ya estamos bien cerca. Eso sí, difícil discrepar con la segunda parte de los comentarios del hincha.

Estos son días de celebración, de emborracharnos de alegría pura y simple, y también con algo del líquido vital; en una especie de olvido que nos permita tomarnos un respiro de la dura y complicada realidad que vivimos todos los días en el Paraguay. Que aunque sea por unos días podamos olvidarnos del Olimpia-Cerro, y podamos estar todos debajo de una misma bandera; y sí, la ilusión de volver a un Mundial después de tanto tiempo permite alguna que otra cursilería.

En estos días, estamos haciendo horas extras con nuestra famosísima garra guaraní. Y no me refiero solamente a los jugadores de la Albirroja, que ciertamente andan cargando a todo un país en sus espaldas. Me refiero a cada uno de nosotros. Mirá si no tendremos garra que vivimos en un país que nos apachurra emocional y concretamente, a diario, pero seguimos adelante, y todavía tenemos las energías para seguir empujando el país. Nos sostiene la garra guaraní, sin duda, porque si no, no aguantamos.

Un día leemos en el diario que están desalojando a comunidades campesinas e indígenas, y ya sabemos cómo va a terminar eso, además de la violencia de la policía, esa injusticia social es una máquina de reproducir miseria.

Después vemos que el Gobierno nos cuenta el cuento de que la inflación en mayo fue de 0%, y la inflación acumulada en el año es de 3%, según el Índice de Precios al Consumidor (IPC), y por eso el reajuste del salario mínimo sería de G. 100.739. No, señor, no es un chiste, a pesar de que sabemos lo caro que está todo en el súper, nosotros sabemos que ahí la inflación se siente muy diferente. Ya necesitábamos un descanso de tanta malaria, porque se nos fueron acumulando en tan poco tiempo demasiadas tragedias.

Primero fue el triste suceso que acabó con el asesinato de un trabajador delivery, a manos de un adolescente de 16 años, en una especie de rito de iniciación a un clan o banda. El suceso nos mostró la realidad de niños, adolescentes y jóvenes utilizados por el narcotráfico y el crimen organizado ante la atenta e indiferente mirada de las autoridades, porque este país solo ofrece pobreza, miseria, exclusión y desigualdad a sus jóvenes.

Después, el país entero quedó conmocionado con el feminicidio de María Fernanda.

El machismo, y el abandono del Estado, de sus instituciones y sus funcionarios terminaron en una verdadera tragedia. Lo que pasó nos debe hacer reflexionar sobre el estado de salud mental de la población, sobre un sistema económico que presiona sobre las familias, y sobre todo, el escaso valor que tiene la vida de las mujeres en este país.

Por eso le agradecemos al profe Alfaro y a los albirrojos, por estos días de alegría y esperanza. Mirá que mantener la garra guaraní todos los días, en medio del caos del tráfico, el empleo precario, un presidente viajero y un Parlamento que odia al pueblo... es muy insoportable. En Paraguay, el Gobierno no nos quiere, pero la Albirroja nos hace felices.

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