Los datos recientes sobre empleo traen buenas noticias, ya que una parte de los nuevos puestos se crearon de manera formal, con al Instituto de Previsión Social (IPS). Esto tiene dos ventajas. Por un lado, los trabajadores que logren mantenerse en el sistema podrán acceder a una jubilación en la vejez y a un seguro médico que, aunque con deficiencias, ofrece una cobertura amplia y fundamental cuando las autoridades cumplen su compromiso con la ciudadanía. Por otro lado, a mayor número de trabajadores en el sistema, mayor será la probabilidad de sostenibilidad financiera a largo plazo.
La manufactura acumula 20% y el sector primario apenas 1%. Los registros istrativos de la previsional dan cuenta de un total de 764.145 empleos formales a marzo del presente año.
Esta estructura es consistente con el marco institucional del IPS cuyas condiciones de y permanencia están más adaptados al sector terciario. El sector industrial de hecho tiene un bajo peso en la estructura productiva y laboral, además de que también algunos informes reportan importantes niveles de evasión.
Las características específicas del trabajo en el sector primario nunca estuvieron consideradas y cuando se aprobaron leyes con el objetivo de incorporar a este sector que trabaja por cuenta propia, las condiciones de no condicen con la realidad económica. Por otro lado, para los trabajadores del sector primario que están en relación de dependencia algunos reportes también muestran elevados niveles de evasión a pesar de que cuentan con ventajas como es el caso de los establecimientos ganaderos.
Para algunos analistas, el aumento de empleos con IPS en el sector comercio se debe a la reactivación en zonas fronterizas nacionales generada por la crisis argentina, lo cual demuestra la vulnerabilidad de nuestro mercado laboral que depende de factores externos y coyunturales, mientras que nuestra seguridad social requiere cierta estabilidad en el empleo a largo plazo.
Por otro lado, no solo es un problema para la seguridad social, sino también para el resto de la economía. Ninguna economía se desarrolla sobre cimientos que dependen del fracaso de los países vecinos.
Justamente uno de los principios que guían los acuerdos entre países como el Mercosur son los beneficios mutuos; sin embargo, nuestras propias autoridades permanentemente están señalando que las crisis de las grandes economías que nos rodean hay que verlas como oportunidades.
Ese es un éxito pírrico en un mundo globalizado y para un país como Paraguay pequeño y dependiente, altamente vulnerable de factores exógenos.
Por otro lado, también hay que ver los factores que contrarrestan las ventajas de la creación de empleos formales gracias a los turistas de Argentina, un país que ha subsidiado a Paraguay en materia de salud y educación y que ha sido siempre una ruta de escape al desempleo y subempleo nacional. Por lo tanto, cuando a Argentina le va mal, Paraguay se resiente por numerosas vías como los servicios de salud y las remesas de los trabajadores paraguayos en el vecino país.
Adicionalmente, un país cuya industria no logra satisfacer los bienes de consumo básicos y requiere importar, hace que finalmente importemos inflación, con lo cual nuevamente se neutraliza parte de las ventajas relacionadas con las ventajas comparativas del comercio.
Paraguay necesita mejores empleos permanentes y a largo plazo, independientemente de como le vaya a los países vecinos. IPS y el Mtess deben implementar políticas para que esto se logre sin necesidad de que le vaya mal a los vecinos.