Cecilia Colinas
El senador Mario Varela confirmó recientemente su regreso a la disidencia colorada. Si bien el anuncio pudo haberse anticipado, en el ámbito político era previsible, dada su incomodidad con varias posturas defendidas a rajatabla por el cartismo, como la destitución de Kattya González, el desafuero de Mario Abdo Benítez y la aparentemente sobrefacturada compra de los famosos “pupitres chinos”, entre otros temas.
Varela es abogado y docente, presidente de la comisión de Derechos Humanos en el Senado, vicepresidente de la comisión especial que analiza la mafia de pagarés y miembro del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados (JEM).
–¿Por qué tomó la decisión de salir del movimiento Honor Colorado?
– Porque debo ser coherente con mis principios. Cuando di el paso al oficialismo con el gobernador de Caaguazú, Marcelo Soto, siempre aclaré que en algunos puntos seguramente yo querría mantener la soberanía e independencia en algunos criterios. Yo debo ser coherente también con los compañeros de la bancada oficialista. Si yo no estoy de acuerdo en muchas líneas, yo lo que tengo que hacer es dar un paso al costado. Y eso fue lo que hice.
Hay también algunas cuestiones también en materia de acciones de Gobierno donde yo no estaba muy de acuerdo.
Por ejemplo, en el caso de la adquisición de los pupitres chinos. Itaipú nunca explicó nada. Yo creo que son cuestiones que preocupan a la ciudadanía, a nosotros como representantes de la ciudadanía. Y bueno, son cuestiones que yo no las comparto.
Lo digo con mucho respeto, pero con mucha convicción. Necesitamos darle mayor transparencia a los procesos como el de las adquisiciones públicas.
En el caso, de la expulsión y la pérdida de investidura de Kattya González, yo estuve en contra. En ese sentido, mi postura no la cambio hasta hoy. Si la Corte resuelve, en cualquier sentido, cualquiera sea la resolución, yo voy a acompañar. El otro caso fue el desafuero de Mario Abdo Benítez donde siempre tuve una postura en contra del desafuero, por las argumentaciones y fundamentaciones que en su momento ya di. Son posturas que he mantenido siempre.
–¿Qué bancada va a estar integrando?
–De momento voy a mantenerme independiente. Lo ideal es que todos los senadores independientes podamos formar un solo bloque en algunos temas que son de interés para la República, también sobre posturas políticas con el fin de generar un bloque parlamentario que apuntale al Estado de Derecho y, por supuesto, para garantizar la transparencia y la democracia.
–¿Qué postura tiene sobre los pedidos de intervención, tanto en Ciudad del Este como en Asunción? En el caso de Ciudad del Este, hay muchos cuestionamientos de la oposición, ya que señalan que es una maniobra política.
–Si la Contraloría, a través de su trabajo técnico de auditoría, ha detectado irregularidades y si corresponde a la intervención, debe tomarse ese camino. Lo que hay que tener cuidado es que la Contraloría no sea utilizada como un garrote político del cháke a los intendentes. A partir de ahí, sí sería grave. En ese sentido, yo coincido con algunos compañeros de mi partido, como también de algunos de la oposición. Si existe objetividad en el trabajo técnico, entonces estoy de acuerdo. Pero no como un mensaje, porque hay que interpretar también desde ese punto de vista, que no sea un mensaje político a todos los intendentes, que deben estar alineados.
–En el caso de Asunción, ¿qué mensaje están queriendo dar desde el cartismo? Teniendo en cuenta que el intendente se mostró con los diputados y el presidente de la República. Asimismo, se teme un “blanqueo” desde la oposición.
–La verdad que no quiero creer que exista algún tipo de manipulación, pero vamos a ver en el cierre de la intervención qué resultados arroja. He visto que se baraja el nombre de Carlos Pereira. Es una persona con alta formación académica y técnica, y espero que haga un trabajo objetivo. Hay que recordar que la esencia de la intervención es hacer un trabajo de auditoría, de detectar si existen irregularidades. Lo que esperamos siempre es que haya objetividad en estas intervenciones, tanto en Ciudad del Este como en Asunción.
Dentro del contexto político, hay que tener mucho cuidado siempre en que los órganos extrapoderes, como la Contraloría , tengan la credibilidad y que no sean utilizados como garrote político para nadie.
–¿Se perciben signos de bicefalia en el ejercicio del poder?
–Sí, y es una situación que siempre me ha preocupado desde el inicio del Gobierno. Desde luego que todo presidente emerge a partir de un equipo político. Lo que no se puede poner en duda es que el poder soberano que debe tener un jefe de Estado debe ser la autonomía política. Si eso estuviera en juego o se contaminara, eso sería peligroso para la democracia. Eso es categórico.
–Paraguay fue sede de un encuentro regional del Foro Madrid y el Gobierno recibió con honores a Santiago Abascal, líder del Partido VOX de España. ¿Qué consideraciones puede hacer al respecto?
–En cuanto al recibimiento que dio el Gobierno, me pareció una apuesta quizás riesgosa desde el punto de vista de las relaciones internacionales, porque hay que recordar que Abascal es líder de un sector, de un partido político de nuestros hermanos de España, pero no puede existir una identificación del Gobierno directa con un sector interno.
El recibimiento tuvo algunas características que se da un dignatario, a mi parecer, despropocional. Se respeta, pero hay que tener prudencia con este tipo de manejos.
–¿El Partido Colorado se puede alinear a los principios de este sector político que fueron pregonados en ese Foro?
–Mi observación sobre el Foro Madrid, que se realizó en Paraguay, es que no está en sintonía con los principios y doctrinas del Partido Colorado. Respeto a aquellos que piensan distinto, pero un gobierno colorado identificándose con un sector de la ultraderecha internacional no siempre es coincidente con los principios doctrinales de un partido popular que tiene sus bases populares, un partido que reivindica la libertad de expresión, de pensamiento, pero nada de buscar una posición muy extrema y radical. El Partido Colorado se caracteriza por tener una vertiente más social, de centro, no de ultraderecha. Institucionalmente como partido nosotros no estamos en sintonía con ninguna posición extrema ni de izquierda ni de derecha.
–¿Qué puede decir sobre los discursos que vierten constantemente el presidente y otros referentes del cartismo, cuándo hablan del Paraguay como un bastión de la moral?
–La realidad del contexto social hoy es compleja. Nosotros en Paraguay estamos con muchos inconvenientes en materia de abuso de derechos infantiles, tenemos que trabajar mucho en esa línea aún.
Por otro lado, tenemos que entender que el Paraguay se define constitucionalmente a través de la Constitución Nacional. Nosotros somos un país donde debemos garantizar las libertades. El Estado no puede ser confesional de ninguna manera, debe respetar los principios, pero según la Constitución, no puede establecer principios casi dogmáticos.
–En cuanto a lo que tiene que ver con la mafia de los pagarés, ¿ya se tiene media sanción de una normativa trabajada en la comisión especial?
–Desafortunadamente, no podemos muchas veces resolver todo lo que ya se materializó y se consumó. Se aprobó una modificación del Código Procesal Civil a fin de poder lograr que estos títulos de crédito, es decir, los pagarés, no se ejecuten varias veces. El modus operandi de esta organización mafiosa es que utilizaba el mismo pagaré y ejecutaba varias veces. La modificación plantea la trazabilidad y la obligatoriedad de la devolución del título de crédito y que ese título de crédito llamado pagaré esté en la secretaría del juzgado. Va a ser mucho más expreso y va a ser mucho más clara la ley de la obligatoriedad de la devolución del pagaré a aquel cancelado su deuda.
–A raíz de los hechos ocurridos recientemente, donde dos menores de edad fueron protagonistas de crímenes atroces, ¿hacia dónde deben apuntar el debate y los cambios?
–Se plantea un proyecto de ley de modificación de bajar la edad de imputabilidad de los niños y adolescentes. Sin embargo, yo creo que no es la solución de fondo. Categóricamente, estamos atacando los síntomas pero no la enfermedad. Considero que deben existir políticas públicas preventivas. Tienen que partir desde el Ministerio de Educación, generando espacios para profesionales especializados en materia de manejo de crisis emocional, psicológica. Sobre todo hay que generar lo que sería la alerta temprana.
Esto (el feminicidio de María Fernanda) pudo haberse evitado perfectamente si existiera un protocolo o un sistema que el gobierno pueda implementar. Yo más bien apuntaría a buscar la solución desde las políticas públicas preventivas e invertir mejor la plata pública, el presupuesto público y no generar despilfarro en otro tipo de gastos. Creo que eso sería una inversión muy importante.
El Ministerio de Educación tiene que tomar la iniciativa con el Ministerio de la Niñez y Adolescencia y también el Ministerio de Salud en materia de salud mental y emocional.
–En el hecho ocurrido en el barrio San Francisco, está involucrado el tráfico de drogas. Aparentemente, el problema se agravó porque se están formando pandillas en varios barrios.
–Estamos llegando al extremo, la crisis es más profunda. No sé qué pasó con el programa Chau Chespi porque hasta hoy no funciona y ha sido un verdadero fracaso.
–¿Cómo ve el regreso de Hugo Velázquez al ruedo electoral y su posible candidatura?
–Velázquez es una figura muy importante. Ya está conversado entre Arnoldo Wiens y Velázquez, de tal manera que el mejor posicionado va a encabezar la candidatura. No hay división en la disidencia. Velázquez está buscando resolver su situación en EEUU.
En el caso de la adquisición de los pupitres chinos, Itaipú nunca explicó nada. Son cuestiones que nos preocupan como representantes de la ciudadanía, y yo no las comparto.
El Foro Madrid no está en sintonía con los principios y doctrinas del Partido Colorado, que tiene sus raíces populares.
Ya está conversado entre Arnoldo Wiens y Velázquez, de tal manera que el mejor posicionado va a encabezar la candidatura a la presidencia. No hay división en la disidencia.
