En el Día Mundial del Medio Ambiente, las mujeres que forman parte del Movimiento de Afectados por Represas se citaron en el Teatro Nacional, desde donde caminaron hacia el Congreso, para manifestar su descontento con el avance del proyecto, que recientemente fue aprobado en el Senado por amplia mayoría.
Según el movimiento, el texto aceptado por los senadores permite el avance de la deforestación y aumenta las chances de nuevos desastres, como la ruptura de las represas de Brumadinho y Mariana, dos de las mayores tragedias ambientales de Brasil que sumaron casi 300 fallecidos y provocaron un desastre ambiental gigantesco, con ríos contaminados de residuos tóxicos y comunidades desplazadas.
De ser aprobada, bajo la nueva ley, bastará que los responsables se comprometan a respetar las exigencias ambientales para poder iniciar los trabajos, lo que Elaine Aparecida Pereira Neto, residente de Mariana y víctima de la tragedia ocurrida en 2015, considera que generará “mucho caos”.
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“Si la rendición de cuentas pasa a depender de ellos (las empresas), no lo van a hacer. Todo lo que deforesten no lo van a replantar, no van a reforestar, no van a hacer nada. En la ruptura de la presa de Mariana, sabemos que hasta hoy nada fue mejorado. Lo que fue afectado está de la misma manera, el lodo, la polución… todo”, dijo la mujer de 38 años.
Lo mismo opina Ivanei Costa, de la coordinación nacional del Movimiento de Afectados por Represas, quien afirmó que el proyecto es “una tragedia” para el país que hospedará la COP30 en noviembre.
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“Ya estamos viviendo los efectos del cambio climático. Todos los estudios apuntan a que ya estamos en un punto de no retorno. Y ese proyecto de ley quiere liberar la legislación ambiental, dando vía libre para la agroindustria, para los emprendedores de las grandes concesiones hidroeléctricas y minería. Y eso es por interés de ellos, lo que va a perjudicar todavía más la vida de algunos territorios”, sentenció.
El proyecto ha sido denunciado por el Ministerio de Medio Ambiente y por diversas oenegés como un retroceso en las políticas ambientales.
Ahora, el texto, que lleva dos décadas en discusión, deberá ser debatido y votado en la Cámara de Diputados, de mayoría conservadora, con decenas de legisladores vinculados al sector agropecuario.
Fuente: EFE.